El correcto cuidado de las lentillas es imprescindible para mantener una buena salud ocular. A continuación te dejamos unos consejos para que pongas esto en práctica.
1. LAVA BIEN LAS MANOS AL MANIPULARLAS
Lo primero que debes hacer a la hora de poner o quitarte las lentillas es tener las manos muy limpias, ya que si las manipulas con las manos sucias es muy probable que esos restos pasen a la lentilla y de esta a tus ojos, pudiendo causar infecciones y otro tipo de problemas. Además, cuanto más limpias estén las lentillas más podrás aprovechar su vida útil, debido a las molestias que causan cuando su limpieza no es la adecuada.
Lava tus manos con agua abundante y utilizando un jabón neutro durante unos 40-50 segundos. ¡Tus ojos lo agradecerán!
2. UTILIZA LÍQUIDOS ESPECÍFICOS PARA LENTILLAS
No utilices nunca agua (y menos agua del grifo) para mantener o limpiar tus lentillas. El agua contiene microorganismos que si entran en contacto con el ojo pueden provocar lesiones o enfermedades. Además el líquido de lentillas no solo sirve para mantenerlas hidratadas, si no también para limpiarlas mientras están guardadas. Hay muchos líquidos de lentillas disponibles y unos serán más adecuados que otros en función del tipo de lentilla, los materiales, el tipo de lágrima del paciente… Si tienes alguna duda sobre cuál es el mejor para las tuyas, no dudes en preguntarnos.
3. SI MOLESTA, LENTILLAS FUERA
Una lentilla correctamente adaptada no debe causar ninguna molestia en el ojo (salvo una pequeña molestia la primera vez que las pongas por no estar acostumbrado a utilizarlas). Si esto sucede lo más recomendable es que te las quites.
Una de las causas que puede generar mucha molestia es ponerse las lentillas del revés. Cuando está del derecho los bordes de la lentilla se cierran en forma de cuenco, como si fuese una “U”. Por el contrario, si está del revés, los bordes se aplanan hacia el exterior, haciendo que la lentilla tenga forma de “V”. Dale la vuelta en la mano, compárala de las dos formas y sabrás si la tenías del revés o no. Colócala bien y la molestia desaparecerá al instante.
Si la lentilla molesta por otras causas puede ser por algún problema ocular (conjuntivitis, papilas, …) o por algún problema de la lentilla (suciedad, roturas del borde, …). En estos casos no la vuelvas a poner y acude a tu óptico para que pueda ver a qué se debe esa molestia.
4. MANTÉN SIEMPRE UNA RUTINA
¡Si consigues esto poner y sacar las lentillas se volverá algo superchupado! Empieza siempre a colocarte primero la lentilla de un ojo y luego la del otro, por ejemplo, siempre primero la del ojo derecho y luego la del izquierdo.
También es bueno que, si usas lentillas mensuales, guardes la del ojo derecho en la cajetilla derecha del estuche, y la del ojo izquierdo en la cajetilla izquierda. Esto esa sí aunque tengas la misma graduación en los dos ojos, ya que si ocurre algún problema en un ojo o con una lentilla, podrás identificar cuál fue la que te pusiste en ese ojo. Y por supuesto, si tienes diferente graduación en los dos ojos es evidente por qué debes hacerlo así.
5. LAS LENTILLAS Y EL MAQUILLAJE
Si vas a utilizar tus lentes de contacto con maquillaje es muy importante que te las pongas y las quites antes del maquillaje. Recuerda siempre que el orden correcto es Lavar manos > Poner o quitar lentillas > Aplicar o retirar el maquillaje.
6. DESÉCHALAS CUANDO LES TOQUE
Las lentillas diarias y de mes se llaman así porque su vida útil es de un día y de un mes. Pasado ese tiempo empiezan a perder su estructura y su estabilidad, causando molestias que se van acentuando y que, de prolongarse, pueden provocar daños en los ojos.
El buen cuidado de las lentillas hace que puedan aguantar un poco más en buenas condiciones, pero a la mínima que notes alguna molestia cámbialas por un juego nuevo.
7. NO TE DUERMAS CON LAS LENTILLAS PUESTAS
Porque total mientras duermes no miras nada, ¿verdad? Los ojos necesitan respirar y cuando tienes las lentillas lo que haces es “ponerles un plástico” delante que dificulta esa respiración. Si a esto le sumamos el cierre de los párpados, lo más probable es que te despiertes con los ojos rojos y algo hinchados.
Cierto es que los materiales han mejorado tanto que ahora son muy permeables al oxígeno, pero aún así es una buena práctica quitarlas cuando te vayas a dormir.
8. UTILIZA LÁGRIMA ARTIFICIAL CUANDO LA NECESITES
Debido a los hábitos actuales y en muchos casos a la contaminación del ambiente, es cada vez más frecuente tener síntomas de ojo seco, sobre todo en el caso de que utilices lentillas.
Tener a mano una lágrima artificial para echar cuando notes picor en los ojos es una buena medida para paliar esos síntomas. Puedes utilizar la lágrima con lentillas sin problema ninguno, siendo en muchos casos recomendable hacerlo.
9. CAMBIA EL LÍQUIDO CON ASIDUIDAD
Cada vez que guardes las lentillas en el estuche lo mejor es que cambies también el líquido. Esto es así porque mientras están guardadas, el líquido funciona como agente limpiador y, si no lo renuevas, perderá su eficacia por saturación.
En caso de que no las uses durante varios días renueva también el líquido cada 2-3 días, especialmente en verano, porque si se evapora con el calor la lentillas se secarán y se estropearán.
10. AUNQUE UTILICES LENTILLAS, TEN SIEMPRE UN PAR DE GAFAS A MANO
Porque de vez en cuando los ojos también necesitan descansar de las lentes de contacto. O también por si en algún momento debes pausar su uso, para que no te quedes sin mirar perfectamente. Las lentillas y las gafas son complementarias, ¡disfruta de ambas!